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decimofilosofia2012
viernes, 21 de septiembre de 2012
vídeo acerca de la teoría del conocimiento
por observa atentamente el vídeo y en has tus comentarios en la parte que dice comentario espero que lo hagas
Teoría del conocimiento
Buenos días jóvenes que Dios los bendiga espero que estén dispuesto para comenzar este cuarto periodo y ultimo del año lectivo recuerda que tu puedes ganar tu asignatura yo se que eres capaz y tienes toda inteligencia para lograrlo recuerda lo valioso que eres como persona para mi como estudiantes y personas son muy importantes me siento orgulloso de ser su profesor adelante que el éxito los espera
el material que les estoy enviando acerca del conocimiento por favor lo imprimes y la próxima clase lo discutimos
el material que les estoy enviando acerca del conocimiento por favor lo imprimes y la próxima clase lo discutimos
TEORIA
DEL CONOCIMIENTO
Rama de la filosofía que trata de los problemas filosóficos que rodean la teoría del conocimiento.
La epistemología se ocupa de la definición del saber y de los
conceptos relacionados, de las fuentes,
los criterios, los tipos de conocimiento posible y el grado con el que cada uno
resulta cierto; así como la relación exacta entre el que conoce y el objeto
conocido
La definición más
sencilla nos dice que conocer consiste en obtener una información acerca de un objeto. Conocer es conseguir un dato o
una noticia sobre algo. El conocimiento es esa noticia o información acerca de
ése objeto
En todo conocimiento podemos distinguir cuatro
elementos:
·
El sujeto que conoce.
·
El objeto conocido.
·
La operación misma de conocer.
·
El resultado obtenido
que es la información recabada acerca del objeto.
Dicho de otra
manera: el sujeto se pone en contacto con el objeto y obtiene una información
acerca del mismo. Cuando existe congruencia o adecuación entre el objeto y la
representación interna correspondiente, decimos que estamos en posesión de una
verdad
LOS TRES NIVELES DEL CONOCIMIENTO.
El ser humano puede captar un objeto en tres
diferentes niveles, sensible, conceptual y holístico. El conocimiento sensible consiste
en captar un objeto por medio de los sentidos; tal es el caso de las imágenes captadas por medio de la vista. Gracias a ella
podemos almacenar en nuestra mente las imágenes de las cosas, con color, figura y dimensiones. Los ojos y
los oídos son los principales sentidos utilizados por el ser humano. Los animales han desarrollado poderosamente el olfato y el
tacto.
En segundo lugar, tenemos el conocimiento conceptual, que consiste en representaciones invisibles,
inmateriales, pero universales y esenciales. La principal diferencia entre el
nivel sensible y el conceptual reside en la singularidad y universalidad que
caracteriza, respectivamente, a estos dos tipos de conocimiento. El
conocimiento sensible es singular y el conceptual universal. Por ejemplo, puedo
ver y mantener la imagen de mi padre; esto es conocimiento sensible,
singular. Pero además, puedo tener el concepto de padre, que abarca a todos los
padres; es universal. El concepto de padre ya no tiene color o dimensiones; es
abstracto. La imagen de padre es singular, y representa a una persona con
dimensiones y figura concretas. En cambio el concepto de padre es universal (padre es el ser
que da vida a otro ser). La imagen de padre sólo se aplica al que tengo en
frente. En cambio, el concepto de padre se aplica a todos los padres. Por esto
decimos que la imagen es singular y el concepto es universal.
En tercer lugar tenemos el conocimiento holístico (también
llamado intuitivo, con el riesgo de muchas confusiones, dado que la palabra
intuición se ha utilizado hasta para hablar de premoniciones y corazonadas). En
este nivel tampoco hay colores, dimensiones ni estructuras universales como es el caso del conocimiento
conceptual. Intuir un objeto significa captarlo dentro de un amplio contexto,
como elemento de una totalidad, sin estructuras ni límites definidos
con claridad. La palabra holístico se refiere a esta totalidad percibida en el
momento de la intuición (holos significa totalidad en griego). La principal
diferencia entre el conocimiento holístico y conceptual reside en las
estructuras. El primero carece de estructuras, o por lo menos, tiende a
prescindir de ellas. El concepto, en cambio, es un conocimiento estructurado.
Debido a esto, lo percibido a nivel intuitivo no se puede definir, (definir es
delimitar), se capta como un elemento de una totalidad, se tiene una vivencia
de una presencia, pero sin poder expresarla adecuadamente. Aquí está también la raíz
de la dificultad para dar ejemplos concretos de este conocimiento. Intuir un valor, por ejemplo, es tener la vivencia o
presencia de ese valor y apreciarlo como tal, pero con una escasa probabilidad de poder expresarla y comunicarla a los demás.
Un ejemplo de conocimiento holístico o intuitivo es
el caso de un descubrimiento en el terreno de la ciencia. Cuando un científico deslumbra una
hipótesis explicativa de los fenómenos que estudia, podemos
decir que ese momento tiene un conocimiento holístico, es decir, capta al
objeto estudiado en un contexto amplio en donde se relaciona con otros objetos
y se explica el fenómeno, sus relaciones, sus cambios y sus características. trabajo posterior del científico, una vez que ha vislumbrado una
hipótesis, consiste en traducir en términos
estructurados ( conceptos) la visión que ha captado en el conocimiento
holístico, gracias a un momento de inspiración.
La captación de valores nos ofrece el mejor ejemplo
de conocimiento holístico. Podemos ver a un ser humano enfrente de nosotros
(esto es un conocimiento sensible o de primer nivel). Podemos captar el
concepto de hombre y definirlo (esto es un conocimiento conceptual o de segundo
nivel). Pero además, podemos vislumbrar el valor de este hombre en concreto dentro de su familia. Percibimos su valor y lo
apreciamos. Esto es un conocimiento holístico o de tercer nivel.
La experiencia estética nos proporciona otro ejemplo de conocimiento
holístico. Percibir la belleza de una obra de arte significa captar ese objeto sin estructuras, sin
conceptos, simplemente deteniéndose en la armonía, congruencias y afinidades
con el propio sujeto. Debido a esto, la experiencia estética se puede denominar
también conocimiento por con naturalidad.
EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO.
Se denomina racionalismo a la doctrina
epistemológica que sostiene que la causa principal del conocimiento reside en
el pensamiento, en la razón. Afirma que un conocimiento solo es realmente tal,
cuando posee necesidad lógica y validez universal. El planteamiento mas antiguo
del racionalismo aparece en Platón. El tiene la íntima convicción de que el
conocimiento verdadero debe distinguirse por la posesión de las notas de la
necesidad lógica y de la validez universal.
Frente a la tesis del racionalismo, el pensamiento,
la razón, es el único principio del conocimiento, el empirismo ( del griego
Empereimía = experiencia ) opone la antítesis: la única causa del conocimiento
humano es la experiencia. Según el empirismo, no existe un patrimonio a priori de la razón. La conciencia cognoscente no
obtiene sus conceptos de la razón , sino exclusivamente de la experiencia. El
espíritu humano, por naturaleza, está desprovisto de todo conocimiento.
El racionalismo es guiado por la idea determinada,
por el conocimiento ideal, mientras que el empirismo, se origina en los hechos
concretos.
Los racionalistas casi siempre surgen de la matemática; los defensores del empirismo, según
lo prueba su historia, frecuentemente vienen de las ciencias
naturales. Esto se entiende sin esfuerzo. La experiencia es el factor
determinante en las ciencias naturales.
En ellas, lo más importante es la comprobación
exacta de los hechos por medio de una cuidadosa observación. El investigador
depende totalmente de la experiencia. Suelen distinguirse dos clases de
experiencia: una interna y otra externa. El fundamento de un conocimiento
válido, no se encuentra en la experiencia, sino en el pensamiento.
3.- Apriorismo.
En la historia de la Filosofía existe también un
segundo esfuerzo de intermediación entre el racionalismo y el empirismo: el
apriorismo. El cual también considera que la razón y la experiencia son a causa
del conocimiento. Pero se diferencia del intelectualismo porque establece una
relación entre la razón y la experiencia, en una dirección diametralmente opuesta a la de éste. En la
tendencia de apriorismo, se sostiene que nuestro conocimiento posee algunos elementos
a priori que son independientes de la experiencia. Esta afirmación también
pertenece al racionalismo. Si relacionáramos el intelectualismo y el apriorismo
con los dos extremos contrarios entre los cuales pretenden mediar,
inmediatamente descubriríamos que el intelectualismo tiene afinidad con el
empirismo, mientras que el apriorismo, se acerca al racionalismo. El
intelectualismo forma sus conceptos de la experiencia; el apriorismo rechaza
tal conclusión y establece que el factor cognoscitivo procede de la razón y no
de la experiencia.
LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO.
1.- El dogmatismo.
Para el, resulta comprensible el que el sujeto, la
conciencia cognoscente, aprehenda su objeto, esta actitud se fundamenta en una confianza total en la razón
humana, confianza que aún no es debilitada por la duda.
El dogmatismo supone absolutamente la posibilidad y
realidad del contacto entre el sujeto y el objeto.
Para Kant el dogmatismo es la actitud de quien
estudia la metafísica sin haber determinado con anterioridad cuál es la
capacidad de la razón humana para tal estudio.
2.-El escepticismo.
El dogmatismo frecuentemente se transforma en su
opuesto, en el escepticismo. Mientras que el dogmatismo considera que la
posibilidad de un contacto entre el sujeto y el objeto es comprensible en sí
misma, el escepticismo niega tal posibilidad. El sujeto no puede aprehender al objeto,
afirma el escepticismo. Por tanto, el conocimiento, considerado como la
aprehensión real de un objeto, es imposible. Según esto, no podemos externar
ningún juicio, y debemos abstenernos totalmente de juzgar.
Mientras que el dogmatismo en cierta forma ignora
al sujeto, el escepticismo desconoce al objeto.
El escepticismo se puede hallar, principalmente, en
la antigüedad. Su fundador fue Pirrón de Elis ( 360 a 270 ) . El afirma que no
puede lograrse un contacto entre el sujeto y el objeto. La conciencia y
cognoscente esta imposibilitada para aprehender su objeto.
3.- El subjetivismo y el relativismo.
El escepticismo sostiene que no hay verdad alguna.
El subjetivismo y el relativismo no son tan radicales. Con ellos se afirma que
si existe una verdad; sin embargo, tal verdad tiene una validez limitada. El
subjetivismo, como su nombre lo indica, limita la validez de la verdad al
sujeto que conoce y juzga. El relativismo afirma que no existe alguna verdad,
alguna verdad absolutamente universal.
El subjetivismo y el relativismo son análogos, en
su contenido, al escepticismo. En efecto, ambos niegan la verdad; no en forma
directa como el escepticismo, pero sí en forma indirecta al dudar de su validez
universal.
El escepticismo presenta una actitud esencialmente
negativa. Formula la negación de la posibilidad del conocimiento. El
escepticismo adquiere un cariz positivo en el pragmatismo moderno. El
pragmatismo, al igual que el escepticismo, desecha el concepto de la verdad
considerado como concordancia.
El pragmatismo cambia el concepto de la verdad en
cuanto que es originado por una peculiar concepción de lo que es el ser humano.
Dentro de tal concepción el hombre no es primordialmente un ser especulativo y
pensante, sino un ser práctico, un ser volitivo.
5.- El criticismo.
Existe una tercer postura que resolvería la antítesis
en una síntesis. Esta postura intermedia entre el
dogmatismo y el escepticismo recibe el nombre de criticismo. Al igual que el
dogmatismo, el criticismo admite una confianza fundamental en la razón humana.
El criticismo está convencido de que es posible el conocimiento de que existe
la verdad. Pero mientras que tal confianza conduce al dogmatismo, a la
aceptación candorosa, para decirlo en alguna forma, de todas las aseveraciones
de la razón humana y al no fijar límites al poder del conocimiento humano, el
criticismo pone, junto a la confianza general en el conocimiento humano, una
desconfianza hacia cada conocimiento particular, acercándose al escepticismo
por esto.
El criticismo examina todas y cada una de las
aseveraciones de la razón humana y nada acepta con indiferencia.
EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO.
Mientras que la epistemología ha sido entendida
tradicionalmente como una teoría del conocimiento en general, en el siglo XX
los filósofos se interesaron principalmente por construir una teoría del conocimiento científico,
suponiendo que si se lograra disponer de teoría adecuadas que explicaran los
mecanismos de un conocimiento de este tipo, podrían avanzar considerablemente
por la misma vía en la solución de problemas gnoseológicos (doctrinas
filosófica y religiosa que pretendía tener un conocimiento misterioso e
instintivo de las cosas divinas) más generales.
La elaboración de una epistemología de este tipo
constituyó la tarea abordada especialmente por los autores del Círculo de
Viena, que fueron el germen de todo movimiento del empirismo o positivismo lógico. Para éstos filósofos se trataba de
conseguir un sistema unitario de saber y conocimiento, lo que requería la
unificación del lenguaje y la metodología de las distintas ciencias. Este lenguaje debería
ser intersubjetivo - lo que exigía la utilización de formalismos y de una semántica común- y universal, es decir, cualquier proposición
debía poder traducirse a él.
Lo único que puede hacerse es formular la hipótesis
de la existencia de una realidad independiente de nuestra experiencia e indicar
criterios para su contrastación en la medida en que una afirmación de
existencia implica determinados enunciados perceptivos. No hay ninguna
posibilidad de decisión respecto a una realidad o idealidad absolutas. Ello
sería, en palabras de Carnap, un seudoproblema. Todas las formas
epistemológicas de la tradición filosófica inspiradas en posiciones metafísicas
- el idealismo y el realismo filosófico, el fenomenalismo, el solipsismo, etc.-
caerían, así, fuera del ámbito del conocimiento empírico, ya que buscarían
responder a una pregunta imposible.
EPISTEMOLOGÍA EN EL SIGLO XX.
A principios del siglo XX los problemas
epistemológicos fueron discutidos a fondo y sutiles matices de diferencia
empezaron a dividir a las distintas escuelas de pensamiento rivales. Se prestó
especial atención a la relación entre el acto de percibir algo, el objeto
percibido de una forma directa y la cosa que se puede decir que se conoce como
resultado de la propia percepción. Los autores fenomenológicos afirmaron que
los objetos de conocimiento son los mismos que los objetos percibidos. Los neorrealistas
sostuvieron que se tienen percepciones directas de los objetos físicos o partes
de los objetos físicos en vez de los estados mentales personales de cada uno. Los
realistas críticos adoptaron una posición intermedia, manteniendo que aunque se
perciben sólo datos sensoriales, como los colores y los sonidos, éstos
representan objetos físicos sobre los cuales aportan conocimiento.
Un método para enfrentarse al problema de
clarificar la relación entre el acto de conocer y el objeto conocido fue
elaborado por el filósofo alemán Edmund Husserl. Perfiló un procedimiento
elaborado, al que llamó fenomenología, por medio del cual se puede
distinguir cómo son las cosas a partir de cómo uno piensa que son en realidad,
alcanzando así una comprensión más precisa de las bases conceptuales del
conocimiento.
Durante el segundo cuarto del siglo XX surgieron
dos escuelas de pensamiento, ambas deudoras del filósofo austriaco Ludwig
Wittgenstein. Por una parte, la escuela del empirismo o positivismo lógico, tuvo
su origen en Viena, Austria, pero pronto se extendió por todo el mundo. Los
empiristas lógicos hicieron hincapié en que sólo hay una clase de conocimiento: el conocimiento científico; que
cualquier conocimiento válido tiene que ser verificable en la experiencia; y,
por lo tanto, que mucho de lo que había sido dado por bueno por la filosofía no
era ni verdadero ni falso, sino carente de sentido. A la postre, siguiendo a
Hume y a Kant, se tenía que establecer una clara distinción entre enunciados
analíticos y sintéticos. El llamado criterio de verificabilidad del significado
ha sufrido cambios como consecuencia de las discusiones entre los propios
empiristas lógicos, así como entre sus críticos, pero no ha sido descartado.
La última de estas recientes escuelas de
pensamiento, englobadas en el campo del análisis lingüístico (véase Filosofía
analítica) o en la filosofía del lenguaje corriente, parece romper con la
epistemología tradicional. Los analistas lingüísticos se han propuesto estudiar
el modo real en que se usan los términos epistemológicos claves —términos como conocimiento, percepción y probabilidad—
y formular reglas definitivas para su uso con objeto de evitar confusiones
verbales. El filósofo británico John Langshaw Austin afirmó, por ejemplo, que
decir que un enunciado es verdadero no añade nada al enunciado excepto una
promesa por parte del que habla o escribe . Austin no considera la verdad como
una cualidad o propiedad de los enunciados o elocuciones.
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